Picaron a la
puerta de mi casa, miré el despertador, las ocho de la mañana. ¿Quién picaba a
estas horas un sábado? Fui abajo recordando que Samantha no estaba ya que se
había ido a una conferencia de no sé que sobre no sé cuantos. Me puse un albornoz
que había en la puerta de mi habitación y bajé. Abrí la puerta.
-¿Vas
happening?-Me preguntó mi vecino de al lado, Zayn.
Él había ido al
famoso concurso de The X Factor, allí lo habían juntado con otros cuatro
chicos, Niall Horan, Louis Tomlinson, Harry Styles y Liam Payne. Juntos había
creado One Direction, el grupo que había llegado hasta la final. No ganaron,
pero Simon les ofreció un contrato y ahora todos ellos vivían en Londres. Zayn
parecía feliz de con la banda y por supuesto yo les voté cada día, al fin y al
cabo se lo había prometido.
Le di un gran
abrazo a mi mejor amigo de la infancia.
-¿Votaste por
mi?-Me preguntó con su precioso acento.
-Por supuesto
que sí, cada día.- Le dije con una gran sonrisa.- Pasa.
Le cogí de la
mano y pasó.
-Esta casa es
más pequeña de lo que recuerdo.- Dijo él.- Será que habré crecido.
-No hace tanto
que no vienes, y sí que has crecido, pero no tanto, deja de hacerte el
misterioso conmigo.- Dije mientras nos sentábamos en el sofá de mi pequeño
comedor.- ¿Cómo te va la fama? ¿Has conocido a alguna chica que te vuelve loco?
¿Tienes muchas peleas con el resto del grupo? ¿Has echado de menos a tu
familia?
Él rió.- Eres
peor que una periodista.
-Bueno, voy a
estudiar periodismo en la universidad el
año que viene así que sí, soy peor que una periodista. Y en cuanto sea
periodista y tú seas el número uno en todo el mundo voy a sacar todos tus
trapos sucios y seré la mejor periodista del mundo.- Le dije con una de mis
grandes sonrisas.
-Cuando tú seas
una periodista será el fin del mundo.- Dijo él.
Le pegué un
pequeño puñetazo en su brazo.
-¡No digas
eso!-Le chillé.
Él volvió a
reír.
-Echaba de menos
estar aquí, pero has cogido fuerza.- Dijo él.
Reí. Nos pasamos
un buen rato hablando hasta que él me dijo que tenía que irse a su casa porque
iban a venir sus primos y que nos veríamos al día siguiente.
Durante todo el
día estuve ordenando mi habitación pensando en que pasaría si le decía a Zayn
la verdad, si le decía que era lo que había pasado mientras él no estaba, pero
me daba miedo decirle la verdad, él nunca quiso que me pasara nada malo, bueno,
no me había pasado nada realmente malo. La verdad es que tenía novio, más que
eso, yo al igual que Zayn no era cristiana, yo también era musulmana y mis
padres antes de morir me habían comprometido con un chico, un chico que había
venido de Turquía mientras Zayn estaba fuera y me había dicho que nos íbamos a
casar. Me enseñó unos papeles firmados por mis padres dónde ponía que
efectivamente yo me tenía que casar con él cuando cumpliera los dieciocho años,
y para eso solo faltaban un par de meses. Pensé en decírselo al día siguiente,
sabía que él solo iba a pasar una semana aquí y tenía que decírselo antes de
que se fuera, porque si no se lo decía iba a perder a mi mejor amigo.
Por la tarde
vino mi futuro marido a casa junto con su hermana. La primera en entrar fue
Aysel, mi futura cuñada. Su pelo negro y rizado le caía en ondas por la espalda
en una coleta alta, sus ojos marrones cubiertos de largas pestañas negras y
rizadas. Aysel llevaba una camiseta de su hermano de un grupo que a ellos les
gustaba llamado The blue monkies, los pantalones eran cortos y de color blanco.
En sus pies unas sandalias azules.
-¡Hola hermana!-
Dijo ella con su voz chillona mientras me abrazaba.
Kaan Nasser
llevaba una camisa azul y blanca de cuadros con unos pantalones tejanos. Sus
ojos marrones se clavaron en los míos. Revolvió su pelo negro y corto con su
mano derecha, algo que siempre hacía y que me resultaba tremendamente adorable.
Cuando Aysel me
soltó recibí el gran y cálido abrazo de Kaan. Él era un buen chico, más que
bueno, era el novio perfecto y en el poco tiempo que lo había conocido me había
enamorado de él. Pero algo dentro de mi me decía que no podía casarme con él
simplemente por unos papeles que incluso podrían ser falsos, pero... ¿para qué
querría la familia Nasser falsificar unos papeles para que su hijo se casara
conmigo? Si yo fuera rica y guapa lo entendería, pero no era ninguna de las
dos, y para decir la verdad ellos eran los ricos aquí. Yo era una chica normal
con un dinero normal, la familia Nasser en cambio se salía de lo normal, vivían
en un gran palacio turco con más de veinte habitaciones, las mujeres vestían
con grandes vestidos de princesas y los hombres con trajes de príncipes. Tenían
carrozas de caballos que los llevaban de un lado del castillo al otro, tenían
varias piscinas y varias casas más para los empleados. Tenían casas en la
mayoría de los países y eran extremadamente guapos.
-¿Tu vecino ser
de X Factor?-Me preguntó Aysel sentándose cómodamente en el sofá.
Su inglés no era
muy bueno, ni su francés, las dos únicas lenguas que yo podía dominar, aunque
había empezado a estudiar árabe hacía un par de años, pero no era capaz de
aprenderme más de tres palabras, realmente se me daba mal estudiar lenguas.
-Sí, te lo dije
y tú no me hiciste caso, dijiste que estaba loca. ¿Recuerdas?-Le recordé.
Ella rió.
-Verdad.
Kaan me cogió de
la mano y la besó. Sentí mis mejillas enrojecerse, como siempre hacían siempre
que él me trataba como una princesa.
Nos sentemos los
tres en el sofá.
-Voy a cogerte
ropa de tu habitación.- Dijo Aysel.
Era su manera de
decirnos que nos dejaba solos para hacer lo que quisiéramos. Lo que quería
decir que Kaan me iba a besar y abrazarme hasta que ella volviera. Lo que
quería decir que podíamos hablar sobre cualquier cosa.
Él me miró
directamente a los ojos haciendo que mi corazón martilleara rápido y fuerte
contra mis costillas. Me pregunté si él podía escucharlo latir igual que lo
hacía yo.
-Mis padres quieren
que te vengas a vivir con nosotros cuando nos casemos.- Me dijo él acariciando
mi mano.
-¿Qué?-Dije sin
respiración.
No podía irme
con ellos a Turquía, me gustaba ir allí al fin y al cabo mis padres eran
turcos, pero la simple idea de irme allí a vivir y dejar todo lo que tenía aquí
me hacía darme cuenta de que no quería irme, quería vivir aquí, tal vez no en
mi casa, pero quería tener la carrera de periodismo quería ir a la universidad
de Londres y poder hacerle entrevistas a mi mejor amigo de la infancia y
decirle que iba a contarle a todo el mundo cosas malas de él solo para que
hiciera cosas que yo quería, vamos, hacerle chantaje.
-Sé que quieres
estudiar periodismo en Londres, pero tal vez pensé que querrías venir a vivir
conmigo y mi familia. No solo mis padres quieren que vayas allí a vivir, quiero
que vivas conmigo en mi castillo. Quiero que seas mi princesa.
Aparté mi mirada
de sus ojos.
-Pero no quiero
dejar Inglaterra, sabes que quiero acabar mis estudios antes de irme a vivir
allí.- Le dije con mis ojos llenos de lágrimas.
-Lo sé
princesa.- Dijo Kaan antes de abrazarme y besarme en la frente.