-Y el ganador es.... ¡One Direction con What
makes you beautiful! – Dijo el presentador en la televisión.
Empecé a chillar y saltar por toda la casa,
mis padres empezaron a decirme que me callara, que estaba loca. Pero igualmente
no les hice caso, estaba tan feliz como ellos, o más. Llevaba días esperando
ese momento, diciendo a la gente que votara, que debían votarlos porque eran
los mejores cantantes y que se lo merecían muchísimo. Aunque claro está que
solo me hicieron caso las directioners, las fans de One Direction. En ese
instante sonó el teléfono de casa, mi madre fue a cogerlo mientras yo me
sentaba enfrente del televisor a mirar que decían los chicos, porque era obvio
que no quería perderme sus palabras, sus maravillosas palabras.
-Tash es Melody ponte al teléfono, no quiero
que me chille más en la oreja.- Dijo mi madre dándome el teléfono inalámbrico.
Cogí el teléfono todavía mirando la televisión.
Los chicos ya habían dejado de hablar. En cuanto puse el teléfono en mi oreja
escuché un: “¡Han ganado! ¡Tash han ganado!”
-¡Lo sé! Tranquilízate. ¡Melody!- Le dije a mi
amiga a través del teléfono.
-¡Me tranquilizo solo si vamos a tomar algo!-
Dijo ella.
-Está bien, iremos a dar una vuelta. Pero se
lo tengo que preguntar a mis padres. –Le dije al teléfono. Me giré a mis padres. -¿Puedo ir a dar una
vuelta con Mel?
-Esté bien cariño.- Dijo mi padre. –Pero no
vuelvas muy tarde.
En cuanto me dijo que sí, fui corriendo a mi
habitación con el teléfono en mi oreja escuchando a Mel decirme que me tenía
que poner. Cuando colgué el teléfono me vestí rápidamente y bajé corriendo con
mi pequeño bolso en mis manos. Les dije adiós a mis padres y salí de casa para
encontrarme con Melody un par de calles abajo.
-¡Han ganado!-Dijo Melody tirándose encima de
mí.
Como era de esperar nos caimos al suelo, ella
era mucho más alta que yo y no porque llevara tacones, así que en cuanto vino
corriendo para abrazarme y nuestros cuerpos chocaron nos caimos al suelo.
-¡Mel!-Le chillé.
Ella se levantó y me ayudó a mí a levantarme.
-Lo siento, ¡es que estoy tan feliz! –Dijo ella
dando vueltas alrededor de mí y pegando pequeños saltitos.
Reí y le di un abrazo.
-¿Así que donde vamos?-Le pregunté.
-¡Vamos a comer un helado! Y después vayamos a
algún pub, seguro que encontramos alguno que esté bien. ¡Oh! Ya sé, al del
hermano de Tom. – Dijo ella dándome la mano y llevándome hacia la parada de
helados que había enfrente de nosotras.
Nos sentemos en un banco cada una con nuestro
helado. Mel empezó a hablarme sobre un concierto que harían los chicos en
Londres y que sus padres podrían comprarle entradas para su cumple, pero que no
estaba muy segura. Cuando acabemos nuestros helados nos fuimos al pub del
hermano de un compañero nuestro de clase, Tom. Una vez llegamos al pub nos
sentemos en una mesa.
-¡Voy a buscar algo para beber! –Chilló Melody
para que pudiera escucharla por encima de la música que retumbaba en el aire
del pub.
Le sonreí y ella se fue. Me quedé mirando la
multitud bailar mientras esperaba que mi amiga volviera, pero no volvía. Una
chica vino corriendo, una chica que reconocí al instante, era ni más ni menos
que Danielle Peazer, mi bailarina favorita y la novia de Liam Payne. A su lado
iba otra chica, otra chica que también conocí, mi modelo favorita, Eleanor
Calder, también conocida como la novia de Louis Tomlinson.
-Perdona.- Me chilló Danielle, pero
simplemente me chilló para poder escucharla.- ¿Podrías dejarnos esta mesa?
Me levanté de la mesa dejándoles el sitio.
Ellas dos se sentaron y vinieron los cinco chicos más perfectos del mundo. Los
cinco chicos de la mejor banda del mundo. Los cinco componentes de One
Direction. Mis piernas flaquearon al ver a mis ídolos en persona. Las chicas también
me encantaban, pero no había nadie que quisiera más que a esos preciosos cinco
chicos. Ellos cinco me sonrieron y sentí como el calor subía hasta llegar a mis
mejillas. Melody llegó a mi lado y me miró.
-¿Les dejas nuestra mesa? ¡Que se sienten con
nosotras!-Me dijo Melody.
-Mel, no podemos sentarnos con ellos porque
si.- Contesté.
-¡Era nuestra maldita mesa! Sabes que los
adoro, pero no me puedo creer que pase esto, deberíamos estar ahí hablando con
ellos.- Dijo mi amiga.
Sabía que aquella era nuestra mesa y no había
nada que me pudiera hacer más feliz que estar con ellos en una misma mesa, pero
no podíamos sentarnos por la cara. Era así de simple. No puedes sentarte con
famosos a no ser que tú también lo seas. Cogí a mi amiga por el brazo y me la
llevé a la pista de baile, pero antes de eso noté como Louis me miraba con una
sonrisa en sus labios, mis piernas volvieron a flaquear y sentí que podía desmayarme
en cualquier momento. Pero entonces él miró a Eleanor y los dos rieron. Así que
cogí a Melody por el brazo y me la llevé de allí antes de que se sentara con
los chicos.